Hace unos meses escribía un par de párrafos acerca del hasta ahora último disco de
Subtle, titulado
'subtle y la modernidad' haciendo referencia al revuelo causado entre la avanzadilla indie por un disco que no era/es ni mejor ni peor que sus predecesores, simplemente llegó en el momento adecuado para que mucha gente, ajena a la banda hasta entonces, girase la cabeza hacia el colectivo liderado por el histriónico
Doseone. Algo muy parecido podría decir ahora sobre
Untrue, segunda entrega en formato largo del enigmático británico que responde al nombre de
Burial. Se están vertiendo ríos de tinta en todas las direcciones sobre este trabajo, desde los que lo sitúan en los altares de la modernidad y lo señalan como el faro que guiará el avance de la música popular durante los próximos años, hasta los que, en el extremo opuesto, hablan de los mismos estereotipos de finales de la década de los noventa, con la eclosión del
drum ‘m ‘bass y las raves organizadas por inmigrantes jamaicanos en los suburbios de Londres.
Personalmente pienso que ni una cosa ni la otra, me explico, no cabe duda que el
dubstep lleva un par de años a la cabeza de la vanguardia musical, en todo lo que se refiere a la ebullición y desarrollo de un género con infinitas posibilidades, y también pienso que, en el caso concreto del disco que nos ocupa, temas como el imprescindible “Archangel” suponen un derroche de creatividad, tensión y juegos emocionales, y mucho más allá de todo eso,
Burial no es más que la punta de lanza de una serie de personajes que desde hace unos años investigan en el subsuelo del dub y de la electrónica más claustrofóbica haciendo gala del siempre deseado espíritu punk, y por ponerle nombres a todo esto, quiero destacar a
Skream con su álbum homónimo y con la serie de eps que regularmente publica bajo el título de
Skreamizm supone, para mi, el activista más creativo del género.