New Order
Nunca he sido demasiado fan de New Order, de hecho no aguanto más de veinte minutos seguidos escuchando alguno de sus discos, ni siquiera los que suponen la cima creativa de sus obra, Brotherhood y Power, corruption and lies.
Y digo esto en relación a New Order, igual que podría afirmar lo mismo de casi cualquier banda de pop electrónico de los 80 o de los 90. Ahora bien, no es menos cierto que la banda de Manchester ha sido capaz de crear una serie de himnos al hedonismo que inevitablemente te hacen esbozar una amarga sonrisa y golpear el suelo con el pie al ritmo que marcan el bajo y la batería, Ceremony, Regret, Bizarre Love triangle, Crystal, Blue Monday y tantos otros son buenos ejemplos de ello.
De modo que podéis comprender que no haya resistido la tentación, no?
Etiquetas: emoción, música popular, pop
5 Comments:
Joder, es que por el precio que pagaste por ellas yo tampoco me habría resistido!!!
brotherhood es cumbre porque lo dices tu, no? te amagaba...
muy bien Héctor, podemos seguir los dos rebatiéndonos con argumentos tan poderosos como lo hemos hecho hasta ahora
Curiosa compra la tuya, teniendo en cuenta tu relativo -ejem- amor por los de Madchester. Y más curioso el descubrimiento sobre una misma: aún bailando como bailo efusiva y enérgicamente temas como The Perfect Kiss o el Love Bizarre, soy incapaz de escuchar(les) un disco entero.
No si al final va y no me gustan.
a eso mismo me refería, Mónica, justo esa sensación, pero vamos, que me costó 12 libras...
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