São Paulo Underground retenidos en Barajas... así nos luce el pelo
No salgo de mi asombro, y aunque ya han pasado más de 24 horas desde que leí la secuencia de acontecimientos, aun soy incapaz de creerme que vivamos en un país de necios de tal magnitud.
Copio y pego el relato (casi casi online) de Joan Vich, implicado directo en todo este entuerto de politiqueo, funcionarios y una completamente ineficaz maquinaria burocrática administrativa.
Juzguen ustedes mismos:
"Si todo va bien, mañana empieza la gira de São Paulo Underground por España. Rob Mazurek con dos baterías brasileños, más percusiones y samplers, partiendo la pana con su free-avant-samba. Si todo va bien, digo, porque dos de los miembros brasileños del grupo llevan ya cinco horas parados en la comisaría de Barajas. Rob y el otro brasileño están fuera, pero no les dejan hablar con ellos. Tampoco a mí, aunque sí he hablado con un agente que no me ha tranquilizado mucho: por lo visto, no es suficiente con la carta de invitación (que incluye mi nombre completo, DNI y teléfono de contacto, que nadie ha utilizado todavía), ni con el itinerario de conciertos y las direcciones de los hoteles donde se van a quedar todos estos días en España. Entre otros requisitos, me dice el agente que tienen que llevar 600 euros cada uno. Yo jamás he llevado esa cantidad cuando he ido de viaje, pero parece que si eres brasileño y quieres visitar España ése es un requisito importante.
Volviendo al tema de su retención en comisaría, parece que están pendientes de que les hagan una entrevista en la que tendrán que convencer a algún funcionario de que no han venido a quedarse para quitarnos el trabajo ni ofender a nuestras mujeres, sino que vienen porque hay gente que quiere verles tocar en directo, y que luego se volverán a su país del tercer mundo, donde les va bastante bien. El agente con el que he hablado me ha dicho, literalmente, "tengo muchos brasileños aquí", y luego me ha informado de que las entrevistas se hacen hasta las siete de la tarde. No ha especificado qué pasa después de las siete de la tarde. Mientras tanto, tenemos a dos miembros del grupo esperando en Barajas, y al tour manager esperándoles a todos en Sevilla (esta vez no voy yo con ellos, me uno al tour party más adelante), con un hotel reservado esta noche en el Puerto de Santa María. Menos mal que el primer concierto es mañana.
Pues eso, ya me he desahogado.
ACTUALIZACIÓN (2 horas después).
Primero me ha llamado Mauricio Takara, uno de los baterías (también en Hurtmold, otro grupo magnífico de São Paulo). Estaba en comisaría y parecía que le iban a hacer la entrevista en breve. Estaba tranquilo. He hablado con Rob y con el tour manager para mantenerles informados. Hace unos minutos me ha llamado un abogado de oficio y me ha pedido que envíe toda la documentación posible sobre la gira, hoteles donde se hospedan, lugares donde tocan, etc. ¡Pero me ha pedido que la envíe por fax! No es que no lo supiera, pero aquí tenemos la prueba irrefutable: nuestro funcionariado sigue en la edad de piedra. Apuesto a que la policía brasileña ya sabe lo que es un correo electrónico.
Según el letrado, tenía que enviar esa información urgentísimamente para que llegase mientras les hacen la entrevista, porque una vez se ha tomado la decisión de deportar a alguien ya no se puede volver atrás aunque envíes las pruebas necesarias (?). Si no pasan la entrevista, los meten en el siguiente avión que salga con destino a Brasil.
He enviado toda la información que he podido reunir hace unos minutos. Tengo el OK del envío. Ahora toca esperar.
NUEVA ACTUALIZACIÓN (4 horas después).
Los expulsan. Según el abogado, no han servido de nada las pruebas de que tienen dónde alojarse en todo momento ni de que les esperan en seis ciudades (cinco españolas y la capital portuguesa) para actuar, ni de que varios ciudadanos españoles nos responsabilizamos de su estancia. El Jefe del destacamento policial del control de fronteras de la T1, sea quien sea, ha decidido unilateralmente que no merecen quedarse en España hasta más tarde de la medianoche. No sabemos quién es porque ni siquiera ha querido recibir al abogado, que tenía que comunicarse con él a través de un agente. Puedo imaginar el nivel intelectual de ese agente-correveidile, así que a saber qué tipo de diálogo de besugos han mantenido. Ahora mismo los dos músicos están en un centro de detenidos junto al resto de gente a la que van a expulsar esta noche, y lo más probable es que salgan hacia São Paulo en el vuelo de las doce de la noche. Mientras tanto, nuestros teléfonos echan humo y yo me avergüenzo cada vez más de vivir en un país así. Rob y Guilherme han salido hacia Sevilla, y de ahí llegarán esta noche al Puerto. Es posible que la formación en gira se reduzca a partir de ahora a sólo ellos dos, pero lucharemos hasta el último momento.
TERCERA ACTUALIZACIÓN (5 horas después).
Seguimos en la incertidumbre. El consulado brasileño se ha puesto en contacto con la comisaría de Barajas, y nos ha dicho que esperemos. Compruebo mientras tanto que otros artistas brasileños que han venido recientemente (entre ellos Tom Zé) venían en las mismas condiciones y con el mismo tipo de carta de invitación que traían Mauricio y Richard (los dos que están retenidos en Barajas). Posiblemente a aquellos no les pararon por pura suerte, la que les ha faltado a estos dos. Tanto el abogado de oficio como varios de los policías con los que he hablado me han dicho que es requisito indispensable tener una carta de invitación emitida desde una comisaría española. Ni les pidieron esa carta a Hurtmold cuando vinieron al Sónar, ni a São Paulo Underground cuando vinieron al Centremàtic, ni a Tom Zé cuando vino a la Laboral, ni a otros músicos, bailarines y artistas brasileños que han venido recientemente. Esto es cada vez más kafkiano. Por lo visto no tienen derecho a quedarse ni a hacer turismo, aunque tengan pruebas de que tienen hoteles reservados para todos los días, furgoneta alquilada por una empresa española para todos los días y la garantía de esa empresa de que están todos los gastos pagados. Hace un rato, un policía pretendía justificarme la situación diciendo que "en otros países es aún peor, aquí se cuela todo el mundo". Alguien debería hacer pasar exámenes psicológicos a nuestros policías.
CUARTA ACTUALIZACIÓN (8 horas después).
Durante la tarde he conseguido, casi por casualidad, un número que sonaba directamente en la sala donde están todos los retenidos. Imagino que es la cabina que deben de tener allí para poder llamar a sus embajadas, a sus familias o a quien sea. Desde entonces les he llamado varias veces para ver cómo estaban y si ellos sabían algo. Cuando llamaba cogía el teléfono una chica de acento sudamericano y, al preguntarle por Mauricio, llamaba en voz alta: ¡Mauricio, de Brasil! Hace poco más de una hora he hablado con él y le he preguntado si sabía si les iban a meter finalmente en el avión que salía a medianoche. Mauricio, triste pero relajado, me ha dicho: No sé, tú llama a las doce, y si no estoy es que me han llevado al avión. Acabo de llamar. Se ha puesto otra chica, también de acento sudamericano. Al preguntarle por Mauricio ha vuelto a llamar en voz alta y me ha dicho que esperase, que ahora venía. Pero el alivio ha durado poco. Enseguida se ha escuchado de fondo una voz masculina que decía: Mauricio se ha ido hace diez minutos. Lo devolvieron a su país. "
Copio y pego el relato (casi casi online) de Joan Vich, implicado directo en todo este entuerto de politiqueo, funcionarios y una completamente ineficaz maquinaria burocrática administrativa.
Juzguen ustedes mismos:
"Si todo va bien, mañana empieza la gira de São Paulo Underground por España. Rob Mazurek con dos baterías brasileños, más percusiones y samplers, partiendo la pana con su free-avant-samba. Si todo va bien, digo, porque dos de los miembros brasileños del grupo llevan ya cinco horas parados en la comisaría de Barajas. Rob y el otro brasileño están fuera, pero no les dejan hablar con ellos. Tampoco a mí, aunque sí he hablado con un agente que no me ha tranquilizado mucho: por lo visto, no es suficiente con la carta de invitación (que incluye mi nombre completo, DNI y teléfono de contacto, que nadie ha utilizado todavía), ni con el itinerario de conciertos y las direcciones de los hoteles donde se van a quedar todos estos días en España. Entre otros requisitos, me dice el agente que tienen que llevar 600 euros cada uno. Yo jamás he llevado esa cantidad cuando he ido de viaje, pero parece que si eres brasileño y quieres visitar España ése es un requisito importante.
Volviendo al tema de su retención en comisaría, parece que están pendientes de que les hagan una entrevista en la que tendrán que convencer a algún funcionario de que no han venido a quedarse para quitarnos el trabajo ni ofender a nuestras mujeres, sino que vienen porque hay gente que quiere verles tocar en directo, y que luego se volverán a su país del tercer mundo, donde les va bastante bien. El agente con el que he hablado me ha dicho, literalmente, "tengo muchos brasileños aquí", y luego me ha informado de que las entrevistas se hacen hasta las siete de la tarde. No ha especificado qué pasa después de las siete de la tarde. Mientras tanto, tenemos a dos miembros del grupo esperando en Barajas, y al tour manager esperándoles a todos en Sevilla (esta vez no voy yo con ellos, me uno al tour party más adelante), con un hotel reservado esta noche en el Puerto de Santa María. Menos mal que el primer concierto es mañana.
Pues eso, ya me he desahogado.
ACTUALIZACIÓN (2 horas después).
Primero me ha llamado Mauricio Takara, uno de los baterías (también en Hurtmold, otro grupo magnífico de São Paulo). Estaba en comisaría y parecía que le iban a hacer la entrevista en breve. Estaba tranquilo. He hablado con Rob y con el tour manager para mantenerles informados. Hace unos minutos me ha llamado un abogado de oficio y me ha pedido que envíe toda la documentación posible sobre la gira, hoteles donde se hospedan, lugares donde tocan, etc. ¡Pero me ha pedido que la envíe por fax! No es que no lo supiera, pero aquí tenemos la prueba irrefutable: nuestro funcionariado sigue en la edad de piedra. Apuesto a que la policía brasileña ya sabe lo que es un correo electrónico.
Según el letrado, tenía que enviar esa información urgentísimamente para que llegase mientras les hacen la entrevista, porque una vez se ha tomado la decisión de deportar a alguien ya no se puede volver atrás aunque envíes las pruebas necesarias (?). Si no pasan la entrevista, los meten en el siguiente avión que salga con destino a Brasil.
He enviado toda la información que he podido reunir hace unos minutos. Tengo el OK del envío. Ahora toca esperar.
NUEVA ACTUALIZACIÓN (4 horas después).
Los expulsan. Según el abogado, no han servido de nada las pruebas de que tienen dónde alojarse en todo momento ni de que les esperan en seis ciudades (cinco españolas y la capital portuguesa) para actuar, ni de que varios ciudadanos españoles nos responsabilizamos de su estancia. El Jefe del destacamento policial del control de fronteras de la T1, sea quien sea, ha decidido unilateralmente que no merecen quedarse en España hasta más tarde de la medianoche. No sabemos quién es porque ni siquiera ha querido recibir al abogado, que tenía que comunicarse con él a través de un agente. Puedo imaginar el nivel intelectual de ese agente-correveidile, así que a saber qué tipo de diálogo de besugos han mantenido. Ahora mismo los dos músicos están en un centro de detenidos junto al resto de gente a la que van a expulsar esta noche, y lo más probable es que salgan hacia São Paulo en el vuelo de las doce de la noche. Mientras tanto, nuestros teléfonos echan humo y yo me avergüenzo cada vez más de vivir en un país así. Rob y Guilherme han salido hacia Sevilla, y de ahí llegarán esta noche al Puerto. Es posible que la formación en gira se reduzca a partir de ahora a sólo ellos dos, pero lucharemos hasta el último momento.
TERCERA ACTUALIZACIÓN (5 horas después).
Seguimos en la incertidumbre. El consulado brasileño se ha puesto en contacto con la comisaría de Barajas, y nos ha dicho que esperemos. Compruebo mientras tanto que otros artistas brasileños que han venido recientemente (entre ellos Tom Zé) venían en las mismas condiciones y con el mismo tipo de carta de invitación que traían Mauricio y Richard (los dos que están retenidos en Barajas). Posiblemente a aquellos no les pararon por pura suerte, la que les ha faltado a estos dos. Tanto el abogado de oficio como varios de los policías con los que he hablado me han dicho que es requisito indispensable tener una carta de invitación emitida desde una comisaría española. Ni les pidieron esa carta a Hurtmold cuando vinieron al Sónar, ni a São Paulo Underground cuando vinieron al Centremàtic, ni a Tom Zé cuando vino a la Laboral, ni a otros músicos, bailarines y artistas brasileños que han venido recientemente. Esto es cada vez más kafkiano. Por lo visto no tienen derecho a quedarse ni a hacer turismo, aunque tengan pruebas de que tienen hoteles reservados para todos los días, furgoneta alquilada por una empresa española para todos los días y la garantía de esa empresa de que están todos los gastos pagados. Hace un rato, un policía pretendía justificarme la situación diciendo que "en otros países es aún peor, aquí se cuela todo el mundo". Alguien debería hacer pasar exámenes psicológicos a nuestros policías.
CUARTA ACTUALIZACIÓN (8 horas después).
Durante la tarde he conseguido, casi por casualidad, un número que sonaba directamente en la sala donde están todos los retenidos. Imagino que es la cabina que deben de tener allí para poder llamar a sus embajadas, a sus familias o a quien sea. Desde entonces les he llamado varias veces para ver cómo estaban y si ellos sabían algo. Cuando llamaba cogía el teléfono una chica de acento sudamericano y, al preguntarle por Mauricio, llamaba en voz alta: ¡Mauricio, de Brasil! Hace poco más de una hora he hablado con él y le he preguntado si sabía si les iban a meter finalmente en el avión que salía a medianoche. Mauricio, triste pero relajado, me ha dicho: No sé, tú llama a las doce, y si no estoy es que me han llevado al avión. Acabo de llamar. Se ha puesto otra chica, también de acento sudamericano. Al preguntarle por Mauricio ha vuelto a llamar en voz alta y me ha dicho que esperase, que ahora venía. Pero el alivio ha durado poco. Enseguida se ha escuchado de fondo una voz masculina que decía: Mauricio se ha ido hace diez minutos. Lo devolvieron a su país. "
Etiquetas: política
2 Comments:
Yo también tenía un amigo brasileño en la misma "sala" (o cárcel, puesto que no pueden salir), y también lo expulsaron en el vuelo de las 12. En una de las llamadas que hice hablé con un mejicano que llevaba allí 4 días sin saber nada, porque los policías no les dicen nada, y sin ninguna asistencia, ni de abogados ni de asistentes sociales. Me dijo: "yo ya no quiero entrar en un país que me trata así, peor que a un delincuente". Yo le dije lo único que podía decirle: que sentía en ese momento mucha vergüenza de ser español.
Presidente del Gobierno, José Luis: te dijimos "no nos falles", prometiste "no os fallaré". Pero esto es mucho peor que un fallo: es vergonzoso. Arréglalo ya mismo, por favor, o estará muy claro que nos engañaste. Otra vergüenza más.
Hola! Soy mexicana y estuve detenida en Barajas también. Estoy haciendo un documental sobre los latinos inadmitidos en España y me gustaría ponerme en contacto con ustedes. Mi mail: sharoneta@hotmail.com. GRACIAS!
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